Veamos cómo se define la palabra conciliación: “Acuerdo, ajuste o concordancia de una cosa con otra con la que estaba en oposición”. Si lo pensamos bien, que el trabajo y el rol de madre estuvieran en oposición es sencillamente una barbaridad. Sin embargo, esta es una pregunta que, aún a día de hoy, nos hacemos a menudo las mamás, una preocupación constante en nuestras vidas.
Todos sabemos lo que significa esa conciliación, que no es otra cosa que poder disfrutar de la vida personal en el día a día después de la jornada laboral. Entonces, ¿por qué las madres nos tenemos que hacer esta pregunta?
Esta es una cuestión que debería preocuparnos igual a madres y a padres. Acabemos con los convencionalismos aprendidos a través de los siglos y asumamos directamente nuestras responsabilidades, como progenitores y como trabajadores. Sobre todo somos las mamás las que debemos tener claro que, sólo a través de la educación que demos a nuestros hijos en casa, conseguiremos que esos roles sean vistos por la sociedad con naturalidad, y que no estén en oposición.
¿Por qué a día de hoy nos seguimos haciendo esta pregunta? Pues se debe sencillamente a que, por increíble que parezca, aún son las madres las que siguen asumiendo la mayor parte de las llamadas tareas del hogar y quienes se ocupan del cuidado y la educación de los niños. Y claro, así no hay manera de conciliar nada, porque supone un sobreesfuerzo que impide el disfrute del día a día.
La siguiente pregunta sería: ¿esto puede cambiar? Claro que sí, lo que requiere es valentía por parte de las mujeres. ¿Por qué valentía? Porque lo fácil es dejarse llevar por lo que hemos visto siempre, y no cambiar nada. Probemos a cambiar nuestras costumbres, a dejar de asumir que somos las mamás las que hemos de ocuparnos de todo lo relacionado con las tareas del hogar y los niños, y llegará el momento en que podremos dejar de hacernos esa pregunta, eso es el primer paso hacia la conciliación.
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