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22Jul

Descubrir el mal de la escuela con Daniel Pennac

Daniel Pennac

Daniel Pennac, prestigioso escritor francés y profesor durante años, fue un pésimo estudiante en su niñez. Y es desde este punto de vista, el del “zoquete” como él se autodenomina, desde el que en su libro Mal de Escuela (Mondadori, 2008) describe su paso por las aulas, el sufrimiento y la angustia en el que el sistema educativo le instaló. Tras veinticinco años de experiencia como profesor en un instituto de París, Pennac reflexiona de manera brillante en este libro sobre la pedagogía y las disfunciones del sistema educativo, sobre la curiosidad y pasión por aprender de los niños y el dolor de ser un mal estudiante, sobre el sentimiento de exclusión del alumno y el amor a la enseñanza del profesor. Lleno de humor y sentido común, es una obra indispensable para todos aquellos que sentimos pasión por la educación.

Una descripción emocionante de cómo un maestro debería enfocar la enseñanza en una clase donde hay decenas de alumnos la hace una profesora con la que Pennac habla y que reproduzco:

“Cada alumno toca su instrumento, no vale la pena ir contra eso. Lo delicado es conocer bien a nuestros músicos y encontrar la armonía. Una buena clase no es un regimiento marcando el paso, es una orquesta que trabaja la misma sinfonía. Y si has heredado el pequeño triángulo que solo sabe hacer ting, ting, o el birimbao que solo hace bloing, bloing, todo estriba en que lo hagan en el momento adecuado, lo mejor posible, que se conviertan en un triángulo excelente, un birimbao irreprochable, y que estén orgullosos de la calidad que su contribución confiere al conjunto. Puesto que el gusto por la armonía les hace progresar a todos, el del triángulo acabará también sabiendo música, tal vez no con tanta brillantez como el primer violín, pero conocerá la misma música».

Hizo una mueca fatalista: «El problema es que queremos hacerles creer en un mundo donde solo cuentan los primeros violines».

Una pausa: «Y que algunos colegas se creen unos Karajan que no soportan dirigir el orfeón municipal. Todos sueñan con la Filarmónica de Berlín, lo que es comprensible…»

¡Qué afortunados aquellos niños que en su camino se encuentran buenos profesores, que entienden la maravilla y la importancia de las diferencias! Y es que como afirma Daniel Pennac “¡Basta un profesor -uno solo- para salvarnos de nosotros mismos y hacernos olvidar a todos los demás!”.

Para seguir aprendiendo:

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Diane Ackerman
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Adriana de la Osa

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4 Comentarios

  • Juan Miranda 19 Jun 2025, 17:23

    Estimado Daniel, el tema que abordas es un tema súper delicado, y pienso que cumple con el principio de Pareto del (80% de los efectos provienen del 20% de las causas), y en esa lógica, podemos encontrar que en el mundo el sistema educativo ha fracasado por ignorar a las mayorías que requieren mas atención, y solo centrarse en el éxito en los que piensan más afortunados por entender cómo funciona el sistema, así hacer menos esfuerzo porque este desequilibrio educativo se transforme para mejor. Además, así logran que las deserciones en la educación básica se incrementen, acompañadas por las grandes dificultades que encuentran los menos afortunados para acceder a la instrucciones media o superior.
    Leeré tu libro con mucha atención, y gracias por ser de las personas que utilizan su experiencia como ejemplo para poder cambiar la actitud de gente dedicada a la enseñanza, pero que no tienen vocación para ello. Gracias.

    Responder
    • Smartick 30 Jun 2025, 16:53

      ¡Hola, Juan! Muchas gracias por tu comentario y por tu reflexión sobre el tema del libro. ¡Un saludo! 😊

      Responder
  • Susana 15 Jun 2025, 00:35

    Una realidad de la cual muy poco se habla. Haré lo posible por conseguir el libro.

    Responder
  • Zelmi Perez 14 Jun 2025, 17:51

    Soy de Argentina, en la provincia de Buenos Aires.
    Trabaje en toda mi carrera en contextos de suma vulnerabilidad.
    Actualmente, ya jubilada, voy a un centro de apoyo escolar.
    Muy ciertas las apreciaciones de Pennac. Aunque en contextos de pobreza estructural es muy difícil instrumentar cambios si no cambian las condiciones de subsistencia.
    Gracias por la información de este autor.

    Responder