El pensamiento lateral es una habilidad esencial para el desarrollo creativo de los niños. Les ayuda a encontrar soluciones fuera de lo habitual, explorar diferentes tipos de perspectivas y construir un marco creativo para pensar.
En este artículo descubrirás qué es, por qué es clave en la infancia y cómo potenciarlo en casa y en el aula mediante ejemplos, acertijos, juegos y ejercicios prácticos.
Índice
¿Qué es el pensamiento lateral?
El pensamiento lateral consiste en resolver problemas de forma no convencional. Mientras que el pensamiento vertical sigue pasos lógicos y ordenados, el pensamiento lateral invita a cuestionar lo evidente, romper pautas y adoptar el enfoque «think outside the box» o «pensar fuera de la caja».
Esta expresión nació en los años setenta a partir de un acertijo gráfico con nueve puntos en una cuadrícula de tres por tres. El reto era unirlos con cuatro líneas rectas sin levantar el lápiz. Para lograrlo, había que salir del límite del cuadrado imaginario, algo que muchos no hacían porque asumían reglas que nadie mencionó. Así surgió la idea: para hallar soluciones nuevas, hay que atreverse a salir del marco mental habitual.
Esta habilidad ayuda a los niños a desarrollar ingenio, ideas creativas, flexibilidad y una mente abierta, ampliando su capacidad de ver una misma situación desde distintos ángulos. También refuerza su pensamiento crítico, porque les enseña a analizar opciones, cuestionar lo evidente y elegir la alternativa que mejor funcione. Cuantos más estímulos reciban, más fácil les resultará encontrar opciones originales y descubrir oportunidades donde otros solo ven límites.
Ejemplos de pensamiento lateral
Puedes ayudar a tus hijos a pensar de forma más flexible, creativa y autónoma usando explicaciones sencillas y mostrarles ejemplos concretos. Puedes decirles que piensen que, si necesitan mover un objeto pesado, poner una toalla debajo les permite deslizarlo sin hacer tanta fuerza. Si quieren colgar un dibujo y no tienen cinta, pueden usar plastilina para fijarlo sin dañar la pared. Y si al poner la mesa no alcanzan los vasos del estante alto, pueden usar un libro grueso como pequeño escalón en vez de esperar a que un adulto resuelva todo. Estos pequeños retos diarios les muestran que siempre hay más de una manera de resolver un problema.
Autonomía infantil y resolución de problemas
Desarrollar pensamiento lateral impulsa la autonomía personal: los niños aprenden a tomar mejores decisiones analizando diferentes posibilidades, sin depender siempre de respuestas prefijadas. También mejora su capacidad de resolución de problemas y a desarrollar confianza en sus capacidades, porque descubren que un reto puede abordarse desde distintos ángulos.
Por ejemplo, cuando un niño se preocupa porque cree que suspenderá una materia, puede buscar opciones como estudiar con otro compañero, cambiar la forma en que organiza su tiempo o pedirle al maestro una guía más clara. Lo importante es que aprenda a ver más de un camino posible en cualquier situación.
Edward de Bono y los seis sombreros para pensar
Edward de Bono (1933-2021) fue un psicólogo, filósofo y escritor que acuñó el término pensamiento lateral por primera vez en su libro The Use of Lateral Thinking (1967) y desarrolló diversas herramientas para entrenar esta forma de pensar. Entre ellas destaca la técnica de los seis sombreros, también conocida como los sombreros de Bono, un método sencillo y muy eficaz tanto para el aula como para el hogar donde cada sombrero representa una manera distinta de mirar una situación:
Imagina que un niño quiere organizar una fiesta en casa y no sabe por dónde empezar: esta técnica le permite mirar la situación desde distintos puntos de vista para tomar mejores decisiones.
- Sombrero blanco (datos, hechos y la información disponible ): Reúne lo que necesita saber, como cuántos invitados habrá y qué espacio tiene disponible.
- Sombrero rojo (emociones, intuiciones y sensaciones inmediatas ): Reconoce cómo se siente ante el reto, quizá emocionado, pero también un poco nervioso.
- Sombrero negro (riesgos, dificultades y aspectos que pueden salir mal ): Piensa en los posibles problemas, como que falte comida, que el espacio sea pequeño o que algunos invitados no puedan asistir.
- Sombrero amarillo (beneficios, oportunidades y puntos fuertes ): Ve lo positivo: la fiesta puede ser divertida, fortalecer amistades y permitirle mostrar sus habilidades para organizar.
- Sombrero verde (creatividad, opciones nuevas y propuestas originales ): Busca ideas frescas, como elegir una temática especial, inventar juegos diferentes o decorar con materiales que ya tiene en casa.
- Sombrero azul (organización, control del proceso y planificación): Ordena todas las ideas y crea un pequeño plan: preparar una lista, dividir tareas y establecer tiempos para que todo salga bien.
Trabajar con esta técnica ayuda a los niños a analizar una misma situación desde varios ángulos, lo que fortalece su flexibilidad mental y su claridad para resolver problemas sin quedarse atrapados en un único punto de vista.
Acertijos de pensamiento lateral
Los acertijos son una gran herramienta para entrenar la habilidad de reinterpretar la información. Presentan situaciones que parecen lógicas al principio, pero esconden un detalle inesperado que obliga al niño a revisar su primera idea. Ahí es donde se activa el pensamiento lateral: cuando nota que su respuesta inicial no funciona y debe buscar otra forma de entender el problema.
Trabajar con acertijos estimula la creatividad, el razonamiento y el ingenio. Además, resultan motivadores porque vuelven el reto un juego que invita a pensar “de otra manera”. Aquí tienes algunos ejemplos clásicos:
• Ejemplo 1:
Una niña deja caer su pelota desde una ventana muy alta, pero la pelota sube en lugar de bajar. ¿Cómo es posible?
Solución: No es una pelota, sino un globo de helio.
• Ejemplo 2:
Tres animales llegan a un lago con sed, pero ninguno bebe agua. ¿Por qué?
Solución: El lago está congelado.
• Ejemplo 3:
Un gallo está en lo alto de un tejado inclinado y pone un huevo. ¿Hacia qué lado cae?
Solución: Hacia ninguno. Los gallos no ponen huevos; la clave está en cuestionar la premisa.
Estos acertijos con respuesta ayudan a los niños a no quedarse con la primera impresión, a dudar de lo que parece evidente y a buscar explicaciones alternativas. Eso es, justamente, el pensamiento lateral en acción.
Puedes ver un par de ejemplos más de pensamiento lateral en este video narrados por Adrián Paenza.
Juegos de pensamiento lateral
Los juegos son una forma muy eficaz de fortalecer esta habilidad, porque permiten practicarla de manera divertida y sin presión. Hay muchas propuestas útiles que invitan a replantear lo evidente y a buscar soluciones distintas.
Actividades creativas: inventar usos nuevos para objetos cotidianos (por ejemplo, pensar para qué podría servir un clip además de sujetar papeles), transformar un dibujo simple en una escena completa, crear un objeto combinando dos cosas que no tienen relación o imaginar cómo funcionaría un mundo con una regla absurda, como “la gravedad se enciende y se apaga”.
Enigmas para resolver: historias breves que obligan a crear hipótesis, como “Un hombre sale sin paraguas y vuelve mojado… pero no ha llovido. ¿Qué pasó?”, o situaciones inesperadas en las que el niño debe descubrir la lógica escondida, como “Una mujer rompe un cristal sin tocarlo. ¿Cómo lo hizo?”.
Retos dinámicos: construir torres con pajitas, diseñar un puente usando solo papel y cinta, mover un objeto sin tocarlo directamente o completar misiones con materiales mínimos (por ejemplo, transportar una canica usando solo una hoja y un lápiz).
Estos juegos no solo estimulan la imaginación, también fortalecen el trabajo en equipo, la flexibilidad y el deseo de explorar. Además, ofrecen a los niños muchas oportunidades para poner en práctica el pensamiento lateral de manera espontánea y divertida.
Ejercicios de pensamiento lateral
Para reforzar esta habilidad día a día, puedes proponerle a tu hijo ejercicios muy simples:
- Terminar un dibujo empezando por un trazo aleatorio.
- Encontrar tantas soluciones como sea posible a un único problema.
- Proponer finales alternativos a un cuento clásico.
- Identificar objetos que puedan tener más funciones de las que parecen.
- Reformular un problema dando la vuelta a la perspectiva original.
Estos ejercicios le ayudaran a observar, cuestionar, explorar y arriesgarse a pensar de manera distinta.
Desarrollar el pensamiento lateral de los niños es una necesidad en un mundo que pide flexibilidad, creatividad y la capacidad de mirar los problemas desde distintos ángulos. Cuando les ofrecemos juegos, retos, acertijos y actividades que cuestionan lo evidente y añadimos técnicas para enseñar a pensar, no solo les damos entretenimiento: les damos herramientas para pensar críticamente, comprender mejor y decidir mejor.
Si quieres acompañarlos en ese proceso, puedes empezar incorporando pequeñas actividades de pensamiento lateral en su rutina diaria. Pronto notarás cambios en sus preguntas, en sus ideas y en la manera en que enfrentan los desafíos.
Y si buscas que tu hijo entrene estas habilidades de forma guiada, divertida y coherente, regístrate en Smartick Thinking y pruébalo gratis. Encontrarás actividades pensadas para estimular su creatividad, desarollar su pensamiento crítico y ayudarle a construir una mente flexible y preparada para el futuro.
Bibliografía
- De Bono, E. (1970). El pensamiento lateral. Manual de creatividad. Paidós.
- De Bono, Edward, ( 2009) Think. Before is too late. Vermilion , Londres.
- De Bono, Edward, (2018), El pensamiento lateral practico, Paidós, España.
- Paul, R. & Elder, L. (2003). Guía para el pensamiento crítico. Fundación para el Pensamiento Crítico.
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Mexicana y mamá homeschooler de dos niños. Disfruta mucho leer con sus hijos, los juegos de mesa, aprender cosas nuevas y cualquier actividad que le haga pensar.