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02Nov

La memoria y la práctica hacen falta en las matemáticas

En Smartick nacimos con varias misiones que se pueden resumir en una: A nadie se le dan mal las matemáticas si conseguimos que tenga confianza con ellas y que se enseñen bien.

Por eso, cuando conocimos a Barbara Oakley, todo nos sonó muy familiar. Es más, llegó a nosotros porque un amable seguidor de Twitter nos avisó: “Esto les va a encantar en Smartick”. Y tenía razón. En él, esta ingeniera cuenta cómo consiguió ser buena con los números a partir de los 26 años, después de haber sido una niña y una adolescente con fobia a las matemáticas y a las ciencias. Gracias a estudiar cómo consiguió aprender ruso y, más tarde, matemáticas, además se ha convertido en la coautora de uno de los cursos de Coursera de más éxito en el mundo: Aprendiendo a aprender, ya disponible en español.

¿Por qué alguien pensó al leerla que podría estar describiendo parte del método Smartick? De entrada, pese a las corrientes de la pedagogía más innovadora que quiere evitar a toda costa palabras como memorización, la profesora e ingeniera cree que los cimientos de aprender matemáticas tienen que basarse en parte en la memoria y en la práctica. Como cuando se aprende un idioma y, en el fondo, las matemáticas lo son.

Además, Barbara Oakley se pone de ejemplo de cómo el cerebro puede ser plástico: “Si hubiera una exposición, el mío estaría”. Los pesimistas podrían pensar que no se puede recuperar el tiempo perdido, pero ella demuestra que no es así. Nosotros, en Smartick, creemos que, poniendo al niño en el nivel exacto en el que está, le podemos enseñar con práctica diaria que, en cierta medida, obliga a memorizar un mínimo. Además, como esta ingeniera, creemos que se aprende en periodos de tiempo con máxima concentración y así pensamos que los 15-20 minutos de Smartick diarios eran la dosis precisa y exacta. Por eso tenemos que contestar a algunos padres que no, que no se puede hacer más de una sesión al día.

En su artículo, Oakland habla de Kumon, el método japonés de aprendizaje de matemáticas que practican millones de niños en todo el mundo. Todavía no nos conocía. Y alaba de él que ponga énfasis en la memorización y en la repetición hasta conseguir que el niño domine la materia. Nosotros nunca hemos ocultado que Kumon fue la inspiración inicial de Smartick pero queríamos ir mucho más allá con las posibilidades que nos daba que el método estuviera en internet: De entrada, los niños veían al instante si habían fallado el ejercicio, algo imposible con los cuadernillos, que tienen que corregir los padres en el método japonés, además de medir lo que tardan. Pero, además, supimos desde el primer momento que no sólo era memoria y repetición, que también queríamos lógica, que los niños aprendieran a razonar, a identificar las claves de los problemas. Por último, al estar en la web, tener acceso al instante a cómo lo hacía cada niño, nos daba la posibilidad de personalizar cada una de las sesiones según la necesidad de cada uno de ellos. Y actualizar contenido cada seis semanas, bebiendo de las mejores fuentes de la didáctica de las matemáticas.

Gracias al artículo, nos pusimos en contacto con ella y ha sido una de las mejores noticias para Smartick en las últimas semanas. Nos hemos caído muy bien. Daniel González de Vega, cofundador de Smartick, se está leyendo ahora mismo Abre tu mente a los números. Se ha comprometido a hacernos un resumen al acabarlo. Seguiremos informando. Pero recuerden que, cuando en Smartick les hacemos practicar cálculo, tiene su fundamento. Lo mismo que las sesiones de lógica que les gustan tanto.

Desde hace tiempo, venimos notando en los debates sobre Educación que todo tiende a verse en términos de una guerra de dos bandos y aquí no creemos que eso sea un reflejo de la realidad. La vieja escuela tiene sus aspectos positivos, lo mismo que el uso de las nuevas tecnologías –¡Nosotros somos el ejemplo!–, los deberes bien puestos sirven, igual que una conversación enriquecedora con los padres y así todo. Con la memoria y la práctica pasa igual. No se trata de demonizarla porque se haya hecho un uso abusivo que acabe en la frase ya típica de “no sirve de nada aprenderse la lista de los Reyes Godos de España”. Pues sí. Pero aprenderse las tablas de multiplicar es necesario y, en Smartick, además, conseguimos que sepan por qué y en qué consiste que cuatro por cuatro sean 16. Conocer a Barbara Oakley nos ha confirmado que ese es el camino.

matemáticas

Para seguir aprendiendo:

La diversión es la forma favorita de aprender de nuestro cerebro
Diane Ackerman
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Berta González de Vega

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