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23Jul

Regulación de la expresión emocional de decepción en niños

Cuando son muy pequeños, los niños no disimulan sus expresiones emocionales. Es fácil darse cuenta de que, por ejemplo, no pueden fingir que les gusta un regalo si en realidad les ha decepcionado. Sin embargo, conforme vamos creciendo somos totalmente capaces de hacer esto, eso sí, con mejor o peor soltura.

Los adultos, por tanto, estamos capacitados para regular voluntariamente nuestras expresiones emocionales. Ante una emoción podemos modificar deliberadamente una expresión que podría ser espontánea. Podríamos fingir que nos encanta un regalo cuando en realidad esperábamos otra cosa. Tenemos diferenciados por tanto la expresión de la emoción (Manstead, Fischer, & Jakobs, 2000) y esto nos hace ser socialmente más competentes (McDowell, O’Neil, & Parke, 2000).

Parece que existe acuerdo en que el desarrollo de esta regulación emocional tiene lugar entre los 4 y los 8 años (Simonds, Kieras, Rueda, & Rothbart, 2007), independientemente de factores culturales. No se han encontrado diferencias por ejemplo entre estudios con niños americanos (Simonds, Kieras, Rueda, & Rothbart, 2007) y alemanes (Baaken, 2005).

Para estudiar si los niños son capaces o no de regular sus emociones se utiliza el paradigma del regalo decepcionante de Saarni (1984). En esta tarea se les da a los niños un regalo que les decepciona y se ve cómo reaccionan.

Kromm y colaboradores (2015), recientemente han publicado un estudio con niños explorando a qué edad empieza la regulación emocional con niños de 4, 6 y 8 años. En el demuestran que los niños empiezan a regular su expresión emocional a la edad de 6 años. En su estudio utilizaban el paradigma del juego decepcionante ligeramente modificado, esto es, presentaban a los niños tres cajas y les decían que dos de ellas contenían un regalo muy bonito para ellos y otra no. Los niños debían abrir las cajas pero tenían que conseguir engañar al experimentador y que no averiguara si la caja que habían abierto tenía el regalo bonito o no. En realidad, lo que ocurría era siempre lo mismo, primero se le presentaba al niño un regalo nada atractivo para ellos, después el regalo bonito y por último una caja vacía. Las condiciones de interés eran la primera y la última, es decir, se pretendía ver cómo reaccionaban los niños cuando les decepcionaba el regalo, o bien por no ser atractivo o bien por estar ausente.

Los resultados mostraron, tanto en niños como en niñas, que los participantes de 4 años fueron los peores intentando ocultar la reacción ante el regalo decepcionante y ante la caja vacía. Estos niños a veces hasta verbalizaban que el regalo no les gustaba o que la caja estaba vacía, incluso cuando se les hacía dado instrucciones explícitas de que no podían dar muestras al investigador de lo que habían visto.

Los niños de 6 y de 8 años eran mejores controlando las expresiones de decepción, aunque con 6 años aún había algún niño que aún no era capaz de hacerlo. Llegaron por tanto a la conclusión de que la regulación emocional se desarrolla a los 6 años. A los 8 años, según estos investigadores, ya son perfectamente capaces de diferenciar entre la emoción y la expresión.

Este patrón evolutivo encaja perfectamente con la idea de que para regular las expresiones emocionales es necesario contar con cierto desarrollo en las funciones ejecutivas (Holodynski, Seeger, Kortas-Hartmann, y Wörmann (2012)). Simonds, Kieras, Rueda, y Rothbart, 2007 utilizando el paradigma del regalo decepcionante con niños de 7 a 10 años mostraron que aquellos que sonreían durante más tiempo ante el regalo decepcionante mostraban puntuaciones menores en una tarea atencional de conflicto, lo cual indica que son mejores en control ejecutivo.

Referencias:

  • Baaken, U. (2005). Der Weg des Kindes zum Kommunikationskünstler. Die Entwicklung der Ausdruckskontrolle beivier- bis achtjährigen Kindern. The way of a child to being a communication artist. Development of volitional regulation of emotional expression in 4- to 8- year-old children. Göttingen, Germany: Cuvillier.
  • Holodynski, M., Seeger, D., Kortas-Hartmann, P., & Wörmann, V. (2012). Placing emotion regulation in a developmental framework. In K. C. Barrett, N. A. Fox, G. A. Morgan, D. Fidler, & L. Daunhauer (Eds.), Handbook of self-regulatory processes in development: New directions and international perspectives (pp. 27-59). New York, NY: Routledge.
  • Kromm, H., Färber, M., & Holodynski, M. (2015). Felt or False Smiles? Volitional Regulation of Emotional Expression in 4-, 6-, and 8-Year-Old Children. Child Development, 86, 579-597.
  • Manstead, A. S. R., Fischer, A. H., & Jakobs, E. B. (2000). The social and emotional functions of facial displays. In P. Philippot, R. S. Feldman, & E. J. Coats (Eds.), The social context of nonverbal behavior (pp. 287-313). Cambridge, UK: Cambridge University Press.
  • McDowell, D. J., O’Neil, R., & Parke, R. D. (2000). Display rule application in a disappointing situation and children’s emotional reactivity: Relations with social competence. Merrill-Palmer Quarterly, 46, 306-324.
  • Saarni, C. (1984). An observational study of children’s attempts to monitor their expressive behavior. Child Development, 66, 1504-1513.
  • Simonds, J., Kieras, J. E., Rueda, M. R., & Rothbart, M. K. (2007). Effortful control, executive attention, and emotional regulation in 7-10-year-old children. Cognitive Development, 22, 474-488.

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1 Comentario;

  • Anais 22 Mar 2018, 18:55

    Estoy en total desacuerdo con el estudio. Mi experiencia, dos niñas de edades similares, una hija, la otra sobrina. Una de ellas con tdah, la otra con dificultad para contener la ira, controlar la frustración y concentrarse pero sin tdah. Las dos son perfectas actrices por no depecionar. Si les hacen un regalo horrendo sonreirán de oreja a oreja dando las gracias efusivamente, y así con cualquier emoción negativa con personas que no seamos sus madres. Si la emoción tiene que ver con nosotras podrán patalear, disgustarse, protestar etc, si tiene que ver con cosas imparciales como deberes, con nosotras patalearán, se disgustarán, protestarán, pero cualquier emoción que tenga que ver con otras personas (decepciones de amigos, regalos de abuelos, padres, vecinos, regañinas de profesores, comentarios poco agradables de cualquiera, sean cercanos al niño o no), ella disimularán y como mucho se mostrarán «raras» disimulando.

    Por qué hacen eso? por qué les cuesta tanto moderar la frustración con personas de máxima confianza como somos sus madres y con los demás, incluso con sus padres se comportan de esta manera? como se trabaja esto?

    Responder