Testimonio de Lola, madre de David y Pauline
Lola nos cuenta que conoció Smartick gracias a una prima suya, cuyos hijos seguían nuestro método online de aprendizaje de matemáticas. «Hablaba mucho de Smartick y estaba muy contenta».
Tal y como recomendamos, los pequeños realizan su sesión diaria de 15 minutos al llegar del colegio. Descansan 10 minutos y se van a sus respectivas habitaciones a resolver las actividades y problemas que propone el plan de estudios personalizado de Smartick.
Reconoce que el arranque es lo que más les cuesta, pero luego «se dan cuenta de que es más fácil de lo que pensaban y lo hacen muy contentos». Cuando acaban están orgullosos con los avances que están experimentando y comprueban que «no les ha costado nada».
Si bien el balance con ambos niños es muy positivo, Lola considera que las mejoras experimentadas son distintas. Su hijo David empezó a hacer Smartick con cinco años y al haber nacido en enero «siempre ha ido bien en el cole». Por contra, Pauline es de las más pequeñas de la clase, de diciembre. Los primeros años de colegio notaba que le costaba un poco más realizar algunos ejercicios como juntar piezas o concentrarse. Pero cuando justo el día que cumplía los cinco años comenzó con Smartick «todo empezó a fluir y los resultados no se hicieron esperar». «Cuando mi hija comenzó con Smartick empezaron a subir las notas».
Otra de las ventajas de Smartick es que lo hacen ellos solos en casa, con su esfuerzo personal. «Posiblemente son más conscientes de lo que son las matemáticas gracias a Smartick que a las tres horas semanales en el colegio»
Lola percibe cómo sus niños se diferencian de otros amigos que no siguen el método. «Me dan ganas de decirles a sus padres: si hicieran Smartick no tendrían problemas con las matemáticas».
Para seguir aprendiendo:
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- «Cuando lo dan en el colegio ya lo han trabajado antes con Smartick»
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